











Todo espacio interior, sea grande o pequeño, nos parece siempre una oportunidad de poner en juego la creatividad y el…
Todo espacio interior, sea grande o pequeño, nos parece siempre una oportunidad de poner en juego la creatividad y el ingenio necesarios para transformarlo en el hábitat que nuestro cliente espera. En este caso teníamos que trabajar la reforma integral y el diseño interior de un pequeño ático situado en la calle Dr. Manuel Candela, con una superficie útil de 50 m2 más terrazas.
En origen este piso se construyó como vivienda del portero del edificio y aún conservaba su antigua compartimentación. El propietario actual buscaba algo completamente diferente. Quería una distribución limpia y diáfana en la que apenas hubiera interferencias que rompieran la sensación de amplitud. Y quería además que su vivienda tuviera cierta distinción de calidad en base al valor añadido de un diseño aplicado con el mayor rigor posible.
Un primer paso imprescindible fue eliminar la tabiquería existente para poder proyectar así un único y amplio espacio central. Sobre este espacio central situamos la sala de estar, el comedor y la cocina como partes bien diferenciadas de un todo global que ya no se pierde en pequeños compartimentos ni recovecos mal aprovechados. Los nuevos puntos de almacenamiento han quedado completamente adaptados a la nueva distribución, aprovechando sobre todo el muro perimetral de la casa.
El juego que mantuvimos con la terraza fue determinante en nuestro objetivo de conseguir mayor diafanidad. El interior de la vivienda se funde suavemente con la amplitud y luminosidad de la terraza gracias a los grandes ventanales que separan ambas estancias. La sensación lograda es la de poder estar dentro de casa, rodeado del máximo confort, disfrutando a la vez de un horizonte ilimitado con inmejorables vistas a la ciudad de Valencia. Por esta razón la vivienda, pese a ser de pocos metros, se transforma en un espacio de otras dimensiones.
En la elección de los materiales nos inclinamos por una paleta muy neutra, reduciéndola a los distintos tonos de la madera –perfecta para transmitir nobleza y calidez– complementados con el blanco de algunos acabados y el contraste del negro. El resultado ha sido un ambiente atemporal, muy luminoso, práctico y cómodo para vivir.