En este proyecto de reforma nuestro cliente definió desde el principio los espacios que necesitaba tener. Pero tanto la superficie de la vivienda como la complejidad de su planta convirtieron este proyecto en un reto.
Teníamos que compartimentar el espacio pero su vez queríamos que el conjunto de la vivienda generara la máxima sensación de amplitud y confort posible. Por ello decidimos que hubiera una zona de día amplia y luminosa en la que se fundieran en un único espacio, la cocina, el comedor y el salón. Este objetivo nos llevó a estudiar con detalle los elementos necesarios para la configuración de este espacio central. Es el caso de la cristalera corredera con estructura de hierro lacado en negro, con un diseño ligero y transparente que le aporta a la vivienda de un carácter especial.
En esta misma línea fuimos diseñando toda la carpintería de la casa, tanto para estanterías como para el resto de los elementos de mobiliario. Nuestro objetivo era generar una armonía global y equilibrada, capaz de transmitir a toda la vivienda una sensación cálida y confortable.
En la cocina encontramos el ambiente idóneo para permitirnos un guiño con cierto aire vintage. En recuerdo al pavimento que tenía la vivienda en su estado original diseñamos una composición de piezas de baldosa hidráulica, a modo de alfombra o mosaico de color, capaz de conseguir ese juego colorista tan característico de las casas valencianas de época modernista.