
La circulación y los accesos son fluidos, limpios. La nueva estética se adapta al espacio potenciando la comunicación entre las estancias.










El Centro de Formación Profesional Altaviana está situado en las plantas baja y primera de un edificio de viviendas de…
El Centro de Formación Profesional Altaviana está situado en las plantas baja y primera de un edificio de viviendas de 17 plantas. Aunque la actividad se desarrolla mayoritariamente en planta primera –donde se sitúan casi todos los espacios docentes– el local dispone en planta baja de dos zonas independientes comunicadas cada una con una calle: en la primera de las zonas se sitúa el acceso principal, y en la segunda se encuentra el Aula de Aplicación de Hostelería. Ambas se encuentran comunicadas con la planta primera mediante escaleras.
El principal motivo del encargo fue adaptar el Centro a las normativas vigentes de accesibilidad, acústica y contra incendios, así como conseguir dos nuevas aulas de 60 m2.
Fue además la ocasión perfecta para renovar la imagen del Centro con una línea más actual y unitaria, en base a un diseño estudiado al detalle. Algunos ejemplos de esta nueva imagen son la iluminación de los espacios de circulación con tiras lineales LED, la unificación cromática de las puertas, los paneles decorativos colocados en los puntos de distribución y la elección de la pintura de las paredes. Esta misma gama cromática del interior se trasladó a la fachada de la entrada principal, aplicándose al rótulo del centro y a algunas piezas pintadas sobre el aplacado de piedra.
Nuestro proyecto planteaba la colocación de dos ascensores, uno en cada una de las plantas bajas, y la redistribución de la mitad sur de la planta primera. Con esta intervención, además de conseguir las dos nuevas aulas solicitadas, se organizó el centro agrupando por un lado la zona de aulas y por otro la de despachos (tutorías, secretaría, administración, dirección…). También se adaptaron a la normativa de accesibilidad la escalera que comunica el aula de prácticas de hostelería con la primera planta, el mostrador de atención al público de la zona de acceso, los vestuarios, algunos de los aseos y todas las puertas de aulas y despachos.
Para cumplir con la normativa acústica, se sustituyeron todas las ventanas recayentes a la calle por ventanas de aluminio con doble acristalamiento, se revistieron todas las paredes medianeras del local con pladur y aislamiento a base de lana de roca, y se aislaron todos los techos desmontables de aulas y despachos con placas acústicas de la serie Rocfon Blanka de la casa Rockwool.
La circulación y los accesos son fluidos, limpios. La nueva estética se adapta al espacio potenciando la comunicación entre las estancias.